La agonía del cuento
El cuento está muerto. El cuento ha pedido la extremaunción. El cuento agoniza. Un espectro persigue a la industria editorial: el espectro del cuento. El cuento no vende. Con los libros de cuentos, se pierden el tiempo del autor y los recursos de la editorial. Publicar cuentos es una mala idea. Etcétera. Argumentos como estos resuenan todos los días. Una de las colecciones más ambiciosas de cuentos en español publicadas recientemente, los cuatro volúmenes de Pequeñas resistencias , recoge muchos testimonios de esta situación crítica. Por ejemplo, en el primer volumen, el escritor Felipe Navarro dice que “sólo somos los cuentistas quienes nos leemos unos a otros” (p. 412). Casi todos los editores de los distintos volúmenes repitieron ideas semejantes: a los cuentistas les dan la espalda en las editoriales, es difícil que un cuentista profesional se mantenga. De hecho, Pequeñas resistencias empezó como un proyecto en defensa del cuento, con todo y ...