Posts

Showing posts from May, 2009

Reading (and) Fahrenheit 451

Image
Ray Bradbury, Fahrenheit 451 (The 50 th Anniversary Edition) . New York: Picador (1998), 190 pp. So how do you get kids to read? I read a stray article written by a well-known novelist who shrugged off the problem. This concern has been blown out of proportion, she said. Thanks to steep literacy levels, more people are reading now than at any other time in history. Numerically, this is true. But I think the rebuttal misses the point: as I see it, people are worried because those who got an education used to be deeply committed to reading; many of those who get an education today are reading-averse. I’ve had quite a few former students confess that they read one or no books before college; and I’ve talked to several educated adults who admit that they haven’t read a full book in, say, a decade (or more). So back to square one: how do you get kids to read? If you ask Ray Bradbury, as you can see in the interview that accompanies the 50 th Anniversary Edition of Fahrenheit 451 , this

Y qué te parece si te recito el cuento

Image
Algunos comentarios en la entrada pasada me hicieron volver a una inquietud que tengo desde hace un tiempo: ¿nuestro tipo de literatura actual de verdad se presta para que la recitemos? No me estoy refiriendo al solo acto de leer un texto en voz alta, que es un ejercicio muy útil dentro del proceso de edición y sirve para pescar construcciones indeseadas pero camufladas. Me refiero a parar a un escritor o una escritora frente al público y decirle que lea sus poemas, cuentos, novelas, etc. Los recitales de poesía seguirán. La gente los disfruta, aunque en mi caso tengo sentimientos encontrados con ellos. Por ejemplo, estuve en la Gala de Poesía del Hay (Cartagena) el año pasado y debo confesar que frente a por lo menos dos poetas pasé de lector interesado a oyente repugnado. Hubo uno en particular a quien podía ver babeando en las comisuras de los labios y abriendo unos ojos enormes cuando hablaba de pezones y de pubis, lo que casi me hace perderle el gran respeto que antes le tenía a

Los libros (y libros y libros y libros) de poesía

Image
Dicen que estamos en una época con más poetas que lectores de poesía. Tal vez sí. Mucha gente se siente capaz de escribir un verso libre de amor o de angustia en la parte de atrás de un cuaderno. Algunos lo hacen muy bien. Pero creo que más gente se aventura con un poema que, por ejemplo, con un cuento. Tal vez porque el cuento requiere escribir más palabras. Y el número de personas que se le miden a una novela, bueno, tiende a ser menor, quizás por lo mismo. Pero volvamos a la proliferación de poetas. Recuerdo haber estado en un evento literario en Cali el año pasado, cuyos autores invitados eran una escritora colombiana y un escritor español, ambos novelistas (protejamos sus identidades). Cuando terminaron sus presentaciones, el público pasó a hacer preguntas, y resultó que la sala estaba repleta de poetas. Uno de ellos había leído sólo una página de una de las novelas de la escritora colombiana, pero nos compartió cándidos ejemplos de su vena poética. Alguien más hizo una distinción