Posts

Showing posts from January, 2009
Image
J. M. G. Le Clézio, Viaje a Rodrigues (1986). Trad. Manuel Serrat Crespo. Bogotá: Editorial Norma (2008), 125 pp. La portada es llamativa, tanto así que constantemente vuelvo a la fotografía mientras leo, como también a la biografía del autor y a la contraportada. Lo hago mucho, y no quiero admitir que es por distracción, pero así es. Cuento las páginas para el final de la sección: y para el final del capítulo, y del libro. Son sólo 125 páginas en todo el libro, pero estos malos hábitos me hacen tardarme cantidades pasando de una portada a la otra. Si bien Gravity’s Rainbow lo abandoné con desdén y lo retomé por deber , Viaje a Rodrigues lo abandonaba intermitentemente, con desidia. En realidad, no me sedujo este libro del nuevo Nobel de Literatura. Seguí mi propio consejo , y lo leí hasta el final, pero nunca llegó a convencerme. La trama es muy sencilla, y se hace clara desde los primeros capítulos: el narrador está recorriendo los pasos de su abuelo, quien llegó a la isla de Rodrigu

A somewhat curt piece on Vonnegut

Image
Kurt Vonnegut, Slaughterhouse-Five (1969). New York: Dial Press (2005), 275 pp. Kurt Vonnegut, Timequake . New York: Berkley Books (1997), 250 pp. I already said what my greatest reading decision of 2008 was: mustering enough patience to pick up and plow through Gravity’s Rainbow when I had already given up on it. Well, my second greatest reading decision, hands down, was to read Slaughterhouse-Five . Yes, incredibly, I hadn’t ever read any Vonnegut, and Slaughterhouse-Five turned out to be a perfect place to start. Like with Vallejo , I had also been stockpiling recommendations, without ever making an incursion into Slaughterhouse-Five . Pynchon and Vonnegut actually dovetail, in my reading experience: I remember complaining bitterly about Gravity’s Rainbow to someone, and he said, oh, you got American war novels all wrong, you must turn to Slaughterhouse-Five at once. I didn’t. But then, roughly a year later, with her usual forcefulness, my friend Pilar Quintana made me vow to read